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Si hay una frase que podría repetir en cada reseña que hago de los tomos de El amor de Mobuko es que adoro lo dulce que es la pareja protagonista y su relación. En el tomo 7 Nobuko e Irie van dejando las formalidades de lado y se tratan con más cercanía, a pesar de la vergüenza. Además van al festival cultural en la universidad de Irie y allí, por fin, avanzan de nuevo en la relación. Cabe recordar, de vez en cuando, que El amor de Mobuko es un slow burn que ha mucha gente le puede parecer que va muy lento, pero a mí me encanta que la relación de pareja fluya poco a poco, ya que no hay muchos mangas donde se represente a gente como Nobuko, que les cuesta relacionarse con la gente, se avergüenzan con facilidad en situaciones donde toca socializar y le dan muchas vueltas a la cabeza por todo. Así que yo adoro ver como evolucionan los protagonistas de este manga, tanto individualmente como en pareja. Un manga que recomiendo para disfrutar de su lectura poco a poco y de la dulzura que desborda en cada capítulo. |
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