No esperaba nada y me he encontrado con una pequeña joya escrita con un lenguaje muy actual, aunque no por ello poco trabajado, que narra el origen del alocado personaje del escuadrón suicida. Harley se come todo el cómic gracias a los textos de Tamaki y al excelente trabajo gestual de Steve Pugh, consiguiendo que el personaje principal resulte un imán atrayente, una luz en todo momento, un faro para el lector. Por poner un ejemplo, como ocurrió con el personaje de Amelie Poulain en el film Amelie. Los secundarios también alcanzan importantes cotas de realismo, como las "reinas" o su amiga Ivy (¿preparando el terreno para Poison Ivy?). Tal vez los dos únicos defectos que le pongo son la edición excesivamente jibarizada (hubiese encajado mejor en un formato más grande) y un final que te deja con la sensación de que no le hubiesen venido mal un par de capítulos más o bien un capítulo menos. Muy recomendable. |