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Esta es una de esas obras que demuestran que no es preciso crear una trama compleja para narrar una buena historia. No es que este tipo de obras sean escasas, pero conviene encontrar de vez en cuando ejemplo como este, que nos lo recuerden. No quiero entrar en detalles sobre la trama, prefiero centrarme en esta ocasión en aquellos detalles que más me han cautivado de esta obra: Los personajes, especialmente el dúo protagonista porque aún en aquellas ocasiones en las que son un poco insufribles (como todos fuimos en ciertos puntos o aspectos de la adolescencia) se perciben como reales, se conecta con ellos con una gran facilidad y por ello se les coge cariño. En segundo lugar me gusta como aborda ciertas cuestiones, como el embarazo no deseado o los abortos espontáneos y los traumas que acarrean. Ambas cuestiones se muestran de una forma creíble, y generan empatía, aún cuando algunas de estas tramas pertenecen a personajes en los que no se profundiza en exceso. Y por último su dibujo, que me ha cautivado desde las primeras páginas. En especial me ha parecido un gran acierto la combinación blanco-azul, que a mi parecer dota de cierta atmosfera a la obra. A pesar de que es una obra para cualquier edad, creo sinceramente que es la clase de historias que me hubiera encantado leer con 15 o 16 años, cuando era un adolescente curioso y a veces insufrible, como Rose y Windy. |
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