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«Siempre hay un segundo, cuando el mundo te espanta, porque alguien a quien amas fallece, o enferma, o simplemente caes enfermo tú, en el que adquieres conciencia de la fragilidad de la vida, incluso de su extrema transitoriedad, y vislumbras que las cosas trascendentales son otras diferentes a las que regularmente persigues.» Por desgracia, hay golpes que llegan sin avisar y nos cambian para siempre. El duelo es inevitable porque hay pérdida, de algún tipo, inevitablemente. Perdemos la vida, perdemos a alguien o, sencillamente, nos perdemos a nosotros mismos, lo que fuimos hasta ese punto de inflexión. Y duele, siempre duele, y en el dolor nuestra mente revive una y otra vez lo perdido y el momento en el que desapareció, así sin más, un día cualquiera. «Nosotros ya vivíamos instalados en un rewind privado, yendo de delante atrás continuamente.» Algo sucede, algo terrible, y Juan Tallón da voz a cinco afectados por ese suceso, quienes en primera persona comparten con el lector su duelo personal y diferente al de los demás. Rebobinan suspirando por un pasado, salando heridas, y avanzan sincerándose y compartiendo su vida o lo queda de ella, esa que se abre paso a pesar de todo. Si bien hay un aspecto del desenlace que borraría por completo, que no creo necesario y que me ha dejado con sentimientos encontrados, tengo que decir que ha sido una lectura que me ha encantado y destrozado a partes iguales. Que pone a Juan Tallón en mi punto de mira y me deja fascinada por su capacidad para crear voces diferenciadas y recrear situaciones con una verosimilitud tal que pareciera haberlas vivido. Sus símiles me han puesto la piel de gallina. Ha logrado llevarme Lyon, a la zona cero, y a cada uno de los recovecos emocionales de sus protagonistas. ¿Lo recomiendo? Sin duda. Pero no puedo dejar de advertir que impacta y puede llegar a ser una regresión dolorosa para cualquiera que haya vivido un episodio que haya supuesto un antes y un después. La vida improvisa, sorprende, muchas veces destroza. Vivir es muy fácil, pero hacerlo de verdad tan difícil... Solo sabemos que tenemos un hoy, no nos despistemos y vivámoslo apreciando lo que nos ofrece. |
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