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Lectura conjunta en @cl_armario_de_libros @la_ventana_de_lira Creo que no he paseado más a gusto en un jardín como los paseos que di en este. Poco imaginaba cuando empecé a leerla que me iba a deparar tantas sorpresas y momentos emocionantes. Porque esa es la palabra, embriagada, conmocionada por los acontecimientos, motivada por las investigaciones, ebria de placer por los conocimientos. La trama se desarrolla en dos líneas temporales: un presente y un pasado histórico. El presente intenta descubrir el enigma que rodea al linaje de la casa de Osuna, una familia de grandes de España por los tiempos en que el pintor Goya era el favorito de la nobleza. El punto de partida es una maldición, unas pinturas oscuras y un jardín encriptado. ¿Fascinante? Pues el desarrollo de su lectura lo es aún más. Como si fuéramos detectives asistimos, de la mano de la protagonista y redactora, a descubrimientos muy interesantes que arrojan luz sobre especulaciones futuras. Y si en la historia de las monarquías y casas nobles tuvieron mucho protagonismo los jardines, aquí no va a ser menos. La duquesa de Osuna manda construir un jardín que va a poblar de símbolos masónicos, lo que nos hace sospechar que ella misma pertenecía a alguna sociedad secreta, y adorna su palacete con unas pinturas extrañas de Goya, conocidas como las pinturas negras, llenas de esoterismo y ocultismo. ¿Y cuál es la maldición de la familia de Osuna? Solo te diré que el tema gira en torno a la muerte. La protagonista, la propia autora, es una descendiente de ese linaje, pero el personaje que me enamoró fue, sin duda, su antecesora Josefa la duquesa. Una mujer culta, con una biblioteca enorme en su casa, letrada, inteligente, increíble pero dominada por una maldición. Una novela absolutamente apasionante y didáctica. Se disfruta te guste la historia o no te guste. Solo diría una pega por decir algo: la resolución final a lo Lara Croft me dejó un poco lela. Pero el resto de 10. Es una lectura top de este año. |
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