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He leído por ahí que Marcela Pieldelobo, la protagonista de esta novela, es un cliché, policía con problemas... pero Marcela es mucho más. Es un personaje oscuro con luces pero sobre todo con sombras, muchísimas sombras con las que ha tenido que aprender a vivir y con otras que le están costando mucho más aceptar. Es una persona muy complicada en su manera de ver la vida, en enfrentarse a los casos, en su relación con los demás. Nada es sencillo con ella. La vida suele tener una amplia gama de colores pero para la inspectora todo es blanco o negro y así actúa. Los personajes de la novela están muy bien construidos. Si ya hemos hablado de Marcela ahora lo hacemos de su contrapunto, Damen. Intenta ser el anclaje a la tierra de Marcela, el que le pone los pies en el suelo para no dejarle saltar por los aires o sostenerle la mano cuando es necesario. Una persona de normas y reglas para el que no vale todo, el fin no siempre justifica los medios. Bonachera, compañero de la policía, una especie de Pepito Grillo que no duda en decirle a la inspectora las cosas cuando lo hace mal pero que apoya y cubre a Marcela cuando debe hacerlo Y Antón, la mirada limpia de un niño grande, sin filtros. Maravilloso. En el otro lado nos encontramos a una serie de antagonistas miembros del Opus Dei que deberéis ir descubriendo pero que se perfilan como gente sin escrúpulos que hacen cualquier cosa por mantener su estatus, su poder, sus apariencias. Y no, no es una novela para denunciar a esta Institución. Lo que se pone de relieve en este libro son las ansias de poder, la corrupción de altos estamentos, todo lo que el poder político y económico es capaz de hacer para mantener, como decíamos, su estatus y las ramificaciones de este entramado que se intuyen en todos los poderes de la sociedad, el político, económico, judicial, religioso y por supuesto medios de comunicación. Y esto, señoras y señores, es lo que vemos cada día en las noticias, ni más ni menos. No nos gusta, pero es real y las novelas lo denuncian así. Volviendo al libro en general, cuando lo empieces no lo vas a poder soltar. Tiene un ritmo endiablado. Si no estás sumergido en la trama principal del libro estás ahondando en la vida de Marcela . Pero esta unión de tramas no disminuye en nada el ritmo, es vertiginoso. Suena a tópico pero es que realmente no se puede soltar. Y el final... no lo esperaba para nada. Una sorpresa total. Espero que este sea el comienzo de algo más con Marcela Pieldelobo, una inspectora cuando menos polémica, decidida y visceral. Enlace: https://tulibroytu.wordpress.. |
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