El trono de jazmín

Malini es la princesa imperial y está encerrada y languideciendo por orden de su hermano Chandra, el emperador. Priya es una sirvienta que acaba a cargo del cuidado de la princesa y juntas se enfrentarán a sus destinos mientras ocultan secretos que pueden acabar con sus vidas...

Bueno, ¿por donde empiezo? ¿Cómo os convenzo de que necesitáis leer este libro? Porque, hacedme caso, lo necesitáis aunque aún no seais conscientes de ello.

Nos encontramos con un mundo ficticio ambientado en la India, con mitología, magia y juegos de poder por doquier.

Ya solo la ambientación hace las delicias de cualquier lector, te parece estar paseando por la ciudad o escalando el Hirana, pero si a eso le sumamos lo bien construidos que están los personajes... Es que es otro nivel.

Todos los personajes tienen claros y sombras, evolucionan de acuerdo a sus circunstancias y todos, y cuando digo todos quiero decir TODOS, ocultan secretos.

También decir que está narrado desde el punto de vista de distintos personajes, aportando muchas perspectivas.

Sinceramente, no puedo ser objetiva con este libro, no puedo expresar lo muchísimo que me ha enganchado desde el principio... Es que nada más leer el prólogo ya estaba atrapada sin remedio en esta red de intrigas y juegos de poder.

El sistema de magia también me ha gustado muchísimo y me ha parecido muy interesante el proceso, además, se ve que en el siguiente libro se va a explotar aún más esta magia.

Se podría decir que esta primera parte nos deja colocadas las piezas del tablero y que en la segunda se va a desarrollar el juego que los protagonistas han dispuesto.

Volviendo al tema de los personajes, me ha gustado mucho lo humanos que son. No son héroes/heroínas, actúan movidos por sus intereses y se van enfrentando a las consecuencias de sus actos.

En general, una historia con una ambientación y unos personajes de 10, que no me cansaré de recomendar.