El último grito: 64

Romy es una adolescente normal, al menos lo era hasta que la violaron y, lo peor de todo, nadie le creyó. Romy se enfrenta al mundo con una nueva capa de lápiz labial rojo y uñas perfectamente cuidadas; su propia armadura contra el mundo cruel que la rodea. Vemos a Romy enfrentarse a las dificultades de ir a la escuela donde todos piensan que es una 'puta' que busca atención, donde las chicas la odian, incluso su ex mejor amiga se niega a creer lo que le pasó. Aislados de sus compañeros, observamos, desgarradoramente, cómo Romy lucha por aceptar el afecto de Leon, su compañero de trabajo. Para mí, esta fue la parte más desgarradora de la novela. La batalla interna de Romy entre querer enamorarse de Leon, querer dejarlo entrar, querer que la abrace, pero ella creer que no es digna de él, que él solo tiene una cosa en mente. Después de que Romy se despierta al costado de una carretera con 'Viólame' escrito en su barriga y descubre que Penny, su ex mejor amiga, no está, seguimos los muchos giros y vueltas para descubrir el destino de Penny. Con sus compañeros culpando a Romy por la ausencia de Penny, Romy se enfrenta a la misma pregunta nuevamente: ¿Por qué no me creen? Esta es una lectura realmente desgarradora y emotiva. Contiene fuertes factores desencadenantes de violación, que deben tenerse en cuenta antes de leer. Sin embargo, creo que este es uno de los libros más conmovedores e importantes que he leído. No puedo ni empezar a imaginar que las personas más cercanas a mí no me creerían si me pasara algo así. Este libro está lleno de emoción pura y absoluta de principio a fin. Está tan perfectamente escrito y creo que Courtney Summers ha creado una novela increíble que, si bien es ficticia, se sentirá tan real para todos nosotros en los años venideros. Este libro es doloroso, emocional y, lo más importante, poderoso.