El último valle verde

Esta novela consta de 608 páginas divididas en 5 partes con 41 capítulos más epílogo, narrada en tercera persona.

Emil y Adeline Martel son un matrimonio con dos hijos de 4 y 6 años que viven en Ucrania, trabajando la tierra. Les toco vivir el Holodomor que creó a principios de 1930, Stalin y ahora en 1944, cuando las tropas soviéticas se adentran en su país, saben que si continúan en su hogar se arriesgan a ser enviados a un campo de concentración en Siberia.

La única opción que tienen es aceptar el ofrecimiento de los oficiales nazis que les ofrecen protección para ser trasladados a Alemania, donde los Martel tienen pensado viajar a lo más posible del oeste, cruzar el charco si es posible y buscar su ansiada libertad. Ya han vivido el régimen opresor de Stalin y adentrarse en el de Hitler saben lo que significa.

Es la primera vez que leo al autor, pero seguro que no va a ser la última, hasta el más mínimo detalle de esta historia está cuidado. Mark Sullivan estuve 15 meses investigando antes de escribir esta novela, los hechos históricos son los que realmente sucedieron, pero a lo que hace referencia a la historia de la familia Martel en su mayoría es real, menos algunas licencias que se ha tomado el autor ya que la historia que les contó los Martel tenían vacíos y por ese motivo el autor tuvo que echar mano a su imaginación. Ya solo por ese gran trabajo de documentación la novela gana muchos puntos, la pluma cuidada y todo lo que transmite y lo que tuvieron que pasar los refugiados y prisioneros hacen de esta lectura un 10. Todo lo que tenga que ver con la historia me gusta y lo que más he leído ha sido siempre de la segunda guerra mundial, pero no había leído nada del régimen de Stalin y lo que sufrió Ucrania, que por desgracia se ha vuelto a ver en las mismas casi 100 años después. Cuando en la novela se narra esa caravana de refugiados, dejando todas sus pertenencias atrás, caminar durante horas con fuego cruzado, los civiles que perdían la vida, esos trenes abarrotados para poder escapar... ha sido inevitable que vinieran a mí esas imágenes que estamos viendo en los medios de comunicación, algo realmente desgarrador. El consuelo que me queda es que esa gente que consigue marcharse al menos lo hacen a un país que no está en guerra, pero en 1944 no tuvieron esa suerte, los que pudieron viajar en la caravana que se formó fue porque eran de ascendencia alemana, vamos pura sangre como los denominaba Hitler y se metieron por completo en la boca del lobo. Es una historia dura, de supervivencia, de amor , de familia, de coraje que merece la pena ser leída y descubrir en primera mano todo que tuvieron que vivir los Martel para llegar al último valle verde.
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