La enfermera de Auschwitz

Hace algunos años leía muchas novelas relacionadas con el holocausto judio y los campos de concentración. Pero con el tiempo me he ido haciendo cada vez más alérgica a ese nuevo género que ahora puede encontrarse prácticamente en cualquier librería o gran superficie que cuente con una sección de libros: el de las novelas en cuyos títulos aparece algún tipo de trabajo junto al nombre de Auschwitz. Yo no creo que sea una corriente irrespetuosa con uno de los genocidios más conocidos y terribles que ha conocido la humanidad. Más bien me parece, como tantas cosas en este mundo, una vía más del capitalismo lector bajo una forma en que ofrece al público lector una invitación a echar un vistazo desde un puesto cómodo y lejano a la más honda y corrupta oscuridad que alguna vez hayan albergado los limites de la historia . Una forma más de usar la tragedia y el horror para captar al público, aderezando la tragedia con grandes dosis de melodrama que tiene el aliciente de estar condimentado con hechos reales.

De todas formas, he hecho esta lectura con mis queridas chicas Foenkinos, y como siempre leer con ellas ha sido un absoluto placer. Gracias a ellas no he enviado a la porra una novela en la que el horror, el amor, la lucha y la amistad van fuertemente unidas. Un libro que, todo sea dicho, se lee muy bien por lo directo y sencillo de su prosa.