Una novela ligera y entretenida que te beberás, casi sin querer. Tiene todos los elementos imprescindibles para enganchar: una agencia de detectives inusuales, situaciones misteriosas con fantasmas que tienen algo pendiente, asesinatos del pasado, objetos poderosos y una casa encantada... Me ha gustado mucho todo el ambiente fatasmagórico que le ha dado el autor al argumento, así como los personajes principales que son los tres muy curiosos y con una marcada personalidad. Seguiremos de cerca las investigaciones de Anthony Lockwood, George Cubbins y Lucy Carlyle (una adolescente con un don muy especial) en un mundo donde los muertos no desaparecen después de morir, sino que se convierten en fantasmas que atormentan a la población. Curiosamente, solo los más jóvenes son capaces de detectarlos y neutralizarlos. Todo comienza con un fantasma que tiene mucho que decir. |