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De la trama no hablaré demasiado porque todo sería considerado spoilers, solo diré que creo que se está construyendo algo complejo y mágico y espero que llegue a una conclusión satisfactoria. Ahora pasemos a mi tema de discusión favorito cuando hablo de esta saga: los personajes. Sigo amando a Gancey, eso es indiscutible. Es un personaje muy redondo, construido de forma excelente, y como de algún modo es el que une al resto del grupo, lo conocemos muchísimo y lo vemos desde distintas perspectivas. Blue, aunque es uno de mis personajes favoritos de la saga, me parece que queda relegada a un segundo plano, ya que a pesar de ser una de las protagonistas, el peso de la trama no recae mucho en ella. Por eso, aunque sin dudas me creo su amor por Gancey, me hubiera gustado ver más de su proceso de enamoramiento y las cosas que pasaban por su cabeza. Pero quizás eso estuvo bien, porque pensar en Gancey y en Blue, en lo difícil e imposible de su relación, me hace un nudo en el corazón. Se nota como poco a poco —y aunque hayan querido evitarlo a toda costa— están enamorándose perdidamente. Pero no pueden estar juntos por muchos más motivos que por la maldición del beso (view spoiler). Ay, mi corazón. Esa escena que tienen en el valle es sencillamente de lo más tierno que he leído. Ahora bien, Adam en este libro ha estado insoportable. No diré mucho más para no empezar a caer en spoilers, pero desde lo que sucedió en el final del primer libro no hay quien lo aguante. Sin embargo, sé que tiene buenas intenciones y está tratando de lidiar con todo lo que ha pasado en su vida de la mejor manera, así que espero que más adelante madure un poco y sea consciente de los errores que está cometiendo. Por otra parte, cada vez me gusta más Ronan. Es un personaje al que amas u odias, no hay un punto medio. En mi caso, es lo primero. Está hecho mierda, le ha tocado pasar por cosas bastante jodidas y no ha reaccionado de la mejor manera, pero en el fondo no es más que un niño perdido que necesita reconciliarse con su pasado y con quien se ha convertido ahora para poder ser feliz y disfrutar su vida. No puedo esperar a saber más sobre él, porque creo que tiene muchas capas que aún nos quedan por desvelar. Todos los secundarios son complejos y logran que te encariñes de ellos. La familia de Blue está loca, en especial su mamá y sus tías, y por eso me ha encantado saber más de todas las mujeres del 300 de Fox Way. Aunque debo admitir que no termino de conectar con Noah porque siento que su presencia no es muy necesaria en la historia, espero que eso cambie en los siguientes libros. Además, Maggie Stiefvater nos da la perspectiva del villano, pero sin presentarlo como tal. En realidad, lo ves como un personaje secundario más, lo que sirve para humanizarlo. Esto también estuvo presente en el libro anterior, pero aquí lo noté con más fuerza. Por eso, el Hombre de Gris y Kavinsky, que supuestamente son villanos, terminan siendo personajes moralmente grises y con muchos defectos que por eso mismo me causaron muchísima intriga. Como verán, no he leído ni siquiera mil páginas sobre estos personajes y hace solo una semana que comencé la saga, pero siento como si los conociera hace una eternidad. Mi corazón les pertenece a todos y cada uno de ellos, y sé que se convertirán en mis favoritos de todos los tiempos. El estilo de esta autora tiene algo tan especial que hace que te encariñes de una forma increíble con sus historias y todo lo que te está contando. Algo que quería mencionar es que hubo algunos comentarios en el libro que me molestaron: una broma de Gancey sobre el feminismo (no muy ofensiva, pero ahí estuvo) y algo que dijo Ashley sobre el catolicismo y por qué no va a la Iglesia. Ambas cosas pasaron muy desapercibidas para el resto de los personajes, Ronan incluso se burla de Ashley (lo que es de esperarse, porque es Ronan y la detesta). No me molestaron tanto por resultar ofensivos, ya que en realidad no lo fueron, sino porque podrían haber abierto una interesante discusión sobre feminismo, religión y otros temas importantes, pero se les quita importancia como si nada. Entonces, me pregunto, ¿por qué están allí? Por otra parte, el final de este libro es ÉPICO. Pasan un montón de cosas, Ronan y los sueños toman muchísima importancia y Adam por fin encuentra su verdadero poder y comprende su conexión con la línea ley. Por eso, quiero leer el siguiente libro ya mismo. Maggie Stiefvater ciertamente sabe sorprenderme, ya lo logró en ambos libros suyos que leí, y no puedo esperar a terminar esta saga. Aunque al mismo tiempo me da mucha nostalgia hacerlo, porque estoy súper encariñada con todos estos personajes como no me canso de decir y sé que voy a extrañarlos un montón. En conclusión, no puedo estar más enamorada de esta saga. Los saqueadores de sueños ha sido una lectura adictiva y mágica, que sirvió para desarrollar aún más a los personajes y empezar a sentar las bases de lo que promete ser una conclusión ejemplar. |
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