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Holly es un chico al que le encanta el fútbol, pues su padre es un famoso jugador y él aspira a ser como su padre. Un día se lesiona y es expulsado del club al que pertenecía. Holly se apunta a la liga de la escuela y allí conoce a Tomás, su capitán. Y el roce hace el cariño. Este libro se ha convertido en un descubrimiento increíble. Tenía muchas expectativas en él, se han cumplido y más aún, y mira que el fútbol no me interesa absolutamente nada. Los personajes son el punto fuerte de la novela. Estos se presentan muy reales, como si existieran en la vida real, con sus puntos fuertes y débiles, sus luces y sus sombras, y tienen una tremenda evolución a lo largo de las páginas. Todos tienen una personalidad muy características. La relación de Holly y Tomás me ha resultado muy verdadera y natural, con los problemas típicos de las parejas. Pero también Milo y Lelo son adorables. Pese a que el libro es muy grueso, más de 600 páginas, el ritmo y la narración hace que el lector quede completamente atrapado y se lo beba muy rápido. La pluma de la autora me ha gustado mucho, unas buenas descripciones y unos acontecimientos que se van desarrollando poco a poco sabiendo cómo mantener la atención del lector. |
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