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No me pasa con muchos autores que, una vez acabados sus libros, siga recordando momentos ocurridos en él y a sus personajes y me vuelva una sonrisa a la cara y, sin duda, LaVyrle Spencer lo consigue siempre. Todos sus libros hasta ahora se me han clavado en el corazón y con todos he disfrutado muchísimo. Maravillosa. En esta ocasión nos encontramos con otra historia con multitud de personajes, todos con personalidades fuertes y bien marcadas, libres (sobre todo), nobles, de gran corazón y que se te meten en el tuyo sin poder remediarlo. Y una trama pausada, pero que te atrapa y no te deja escapar. Sí que es verdad que al principio me costó entrar en la historia, pero pasadas las primeras páginas arrancó y ahí ya no pude soltarlo. La manera de narrar y contar sentimientos de la autora es tan maravillosa, tanto, que hace que una vez que te sumerges en sus páginas no quieras salir de ellas para nada. Una historia de amor de las que se cuecen a fuego muy lento, con muchísimos sentimientos y mil aventuras entre medias enmarcado en un entorno sencillo y muy humilde. Una novela preciosa, muy humana, con mucho sentimiento y con valores preciosos. Como único “pero” diré que he echado en falta un epílogo, cuando una historia me llega tanto me cuesta muchísimo despedirme de los personajes y en este caso he necesitado saber más de ellos. Pero aun así ya os digo que va a favoritos de cabeza. Qué maravilla de historia y qué maravilla de autora. de diez. |
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