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La historia nos presenta a Dawson y Amanda ellos fueron novios cuando eran adolescentes pero rompieron antes de que Amanda fuera a la universidad y nunca más supieron nada del otro. Amanda ahora está casada y tiene tres hijos pero no es feliz. Su matrimonio no está en su mejor momento y se siente perdida preguntándose qué hubiera pasado si su vida hubiera tomado otro rumbo. Dawson sigue una vida rutinaria y solitaria. Lo cierto es que no ha tenido paz desde una noche en la que su vida cambio por completo. El pasado lo atormenta junto con la culpa y no deja de pensar que hubiera pasado si él y Amanda no hubieran terminado. Los caminos de Amanda y Dawson se cruzaran nuevamente cuando regresen al pueblo que los vio crecer tras la muerte de Tuck un hombre importante para ambos. Y allí juntos otra vez se darán cuenta que le chispa que se encendió tantos años atrás sigue ardiendo igual que el primer día. Amanda se encuentra en una encrucijada, al ver de nuevo a Dawson añora lo que fue su relación pero a la vez sabe que tiene a su familia y no está dispuesta a romperla por nadie. Dawson nunca olvido a Amanda y el estar juntos solo le confirma sus sentimientos. A medida que la historia avanza podemos ver como ambos lidian con el dilema de si dan rienda suelta o no a estos sentimientos. Fue interesante leer como se iba dando esto poco a poco y como cada uno iba tratando de comprender lo que sucedía. Debo decir que la historia fue toda una montaña rusa que sobre todo en los últimos capítulos me mantuvo en vilo queriendo saber más. Preguntándome si al final ellos tendrían una segunda oportunidad o si algo nuevamente se interpondría entre ambos. También disfrute leyendo la historia de Tuck y su esposa y como esta ayudaba a los protagonistas a analizar la suya. Sé que cada vez que comienzo con un libro de Nicholas Sparks este me va hacer sufrir un poco pero la verdad valió la pena. Me emocioné mucho y pase una buena lectura pese que el final me dejara un poco de sabor agridulce. |
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