Las voces

Caroline Rose, una mujer que se acaba de convertir al catolicismo y que disfruta escribiendo libros, empieza a escuchar las teclas de una máquina de escribir y como van narrando los acontecimientos que ella y todas las personas que considera allegados van sufriendo. Se empiezan a creer que Caroline está loca, y buscan la manera, incluso grabando cuando Caroline empieza a escuchar las voces, de descubrir cuál es el motivo por el que Caroline escucha como se van a desarrollar los acontecimientos. Finalmente ella cree que vive dentro de un libro, pero no sabe cómo hacérselo creer a su buen amigo Laurence.

Uno de los libros más personales que he leído últimamente, y digo personal porque el concepto del libro es extraño. Es como si estuviéramos viendo una película donde los personajes, como las típicas películas de comedia, escuchan a la voz off. Pues Caroline escucha a la que suponemos que es Muriel, la escritora que está escribiendo el libro, primero empieza a pensar que tiene problemas psíquicos y finalmente está segura que no se trata de eso sino que simplemente está dentro de un libro y es un personaje ficticio.

Un libro que para mí se podía resolver de una manera más brillante pero teniendo en cuenta que es la primera novela de la autora le hay que reconocer la originalidad. Me faltó quizás esas partes donde la voz en off, Muriel, iba comentando cosas del libro, sentí que con solo una frase diciendo “estos personajes son ficticios”, no puede llegar Caroline a la conclusión de que está dentro de un libro.

En conclusión, una obra original a la que quizás simplemente le faltan años de práctica y que también lleva incluido un componente social puesto que detrás de que Caroline se convierta al catolicismo y Laurence sea todo lo contrario, encontramos una disparidad que guarda una crítica hacia la religión católica.
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