Bajo el fuego y la sal

Locura, velocidad y un calculado desorden se convierten en virtudes cuando se ejecutan a la perfección.
La armonía del caos.

La mayor, sin duda, es la contagiosa diversión del autor en el proceso de escritura. Los malos ratos que siempre acompañan, los guarda para él.

Bajo el fuego y la sal es una juguetona novela de aventuras con un fuerte y bien armado trasfondo histórico y desquiciantemente coral.
Ojo. Aquí cualquier adjetivo que pudiera parecer negativo se convierte en justo lo contrario.

Para que todo reme en la misma dirección, José Soto Chica se sirve de una prosa sencilla, directa, eléctrica y sin tapujos.
No hay lugar para la poesía cuando tus enemigos se empeñan en regalarte el descanso eterno.
Y tienes muchos.

Para que esta enfermiza locura estalle en la cabeza del lector, se suman cambios temporales en los momentos más inoportunos. Rodeados por la muerte, nuestros personajes se ponen a recordar.

Hablando de ellos:
Hombres y mujeres que se tropiezan por la bendita casualidad aunque, aquí cada uno va a lo suyo.

Alianzas imposibles que saben que serán traicionadas a la menor ocasión.
La insoportable sensación de tener continuamente un puñal acechando tu espalda.

En el centro de la trama, la ciudad eterna. Una Roma que ha perdido todo su esplendor pero no así sus riquezas, y unos sarracenos que buscan saquearla, pero no por gloria de Alá, sino por la de sus bolsillos.

Una visión paradójica de la antigua capital de un imperio que ya no es tal y que malvive en la nostalgia de un pasado victorioso y un presente de rendición.
Y un secreto que todos ansían o defienden:

Fuego griego. Una mezcla mortífera escupida por sifones del infierno y que abrasan un mar que no es capaz de apagar su fuego.

José Soto Chica renuncia al corsé, a cualquier norma o manual sobre la novela histórica perfecta, para conseguir un relato trepidante, sumamente divertido donde hasta respirar, cuesta.
Tiempo y páginas vuelan de principio a fin.

Vikingos, sajones, sarracenos, romanos y hasta un Papa, todos con sus sombras y con dioses sordos, que casi nunca escuchan sus plegarias.

Una novela adictiva, fuera de protocolo, atrevida, delirante y sumamente divertida.
¿Te la vas a perder?