InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
08 October 2021
Hace unas semanas os hablaba de Florencia al comentaros mi opnión sobre Las aventuras de Pinocho y allí nos quedamos, pero con una historia muy distinta de un autor muy diferente. Ediciones Invisibles vuelve a regalarle a sus lectores una delicatessen con la publicación de Una villa en Florencia, de William Somerset Maugham, más conocido por El velo pintado, Servidumbre humana y El filo de la navaja, pero que, como tantos otros escritores de su época, desplegaba también ese talento en novelas cortas.

La protagonista de la historia es Mary Panton, una atractiva mujer de unos treinta años que, tras enviudar un año atrás, ha quedado en una situación económica complicada. Vive desde hace unos meses en una villa asentada sobre una colina desde la que se disfuta de una panorámica inigualable de la ciudad de Florencia. Allí pasa los días de manera tranquila con salidas ocasionales y allí también recibe las visitas de Edgar Swift, un hombre bastante mayor que ella al que conoce de toda la vida y que sospecha tiene previsto proponerle matrimonio de manera inmediata. Mary se casó una vez por amor y, si vuelve a contraer matrimonio, lo hará de manera más calculada y pensando en su porvenir y estabilidad económica. Edgar es el candidato perfecto para eso, pero ocupa un cargo importantísimo en el gobierno británico y con perspectivas inmediatas de ascenso. Su futura esposa tiene que ser una mujer de pasado intachable y presente inmaculado... Y Mary es todo eso ahora, pero el futuro esconde sorpresas a la vuelta de la esquina y hay que lidiar con ellas, y más si esas sorpresas tienen el aspecto de un joven inmigrante ilegal que ha pasado por tantas penurias como para ver en Mary a una diosa que le alegre un poco la vida. Para preocuparse por las consecuencias ya habrá tiempo.

Antes de seguir hablando del libto siento volver con una batallita, pero ya os comenté que viví en Florencia, y os voy a hablar de algo que creo que resulta mucho más evidente para quien vive allí durante un tiempo que para quien solo está de pasada: es una ciudad que emana oscuridad. Esto os lo dice alguien que ama esta ciudad (pero que la ama con sus cosas buenas y sus cosas malas... amor verdadero, vamos), y siempre que digo esto la gente se sorprende porque muchas veces cuesta ver más allá del aura romántica que implantaron precisamente los turistas ingleses allá en el siglo XIX. Aun así, es totalmente cierto: Florencia es una ciudad por cuyas calles ha corrido mucha sangre, calles que han visto mucha violencia durante siglos, está apuntalada sobre traiciones, asesinatos y crueldad, y eso es algo que no se percibe durante una visita de tres o cuatro días, pero sí cuando te mueves por ella de manera habitual y fuera de las luces de neón... no me preguntéis el cómo ni el porqué: se respira.

Y todo esto os lo digo porque esa frase inicial de la sinopsis editorial (una novela de suspense que pasa del rosa al negro en una sola noche) me parece muy, muy acertada en relación al espíritu de claroscuros sobre el que se asienta Florencia: es una ciudad de una belleza deslumbrante que se tiñe de negro con una facilidad pasmosa, en un abrir y cerrar de ojos y sin apenas darte cuenta. Maugham, como el escritor inteligente y brillante que era, capta este aura a la perfección en sus páginas, porque eso es precisamente lo que ofrece Una villa en Florencia: la cadencia armoniosa y bella que impregna la Toscana asaltada de repente por un trazo estridente que rompe ese equilibrio y lo tizna todo de una oscuridad que amenaza con hacer saltar por los aires la existencia impávida (con tendencia a la intrepidez) de su protagonista. ¿Qué vencerá, la luz o las tinieblas?

La acción se ambienta en 1938, periodo de entreguerras que tantas alegrías nos ha dado en el campo de la literatura y que siempre adolece de ese aire de calma que precede a la tormenta. Maugham introduce este elemento en la historia de una manera sutil pero inequívoca; los judíos llevan años huyendo de Alemania, malviven como inmigrantes ilegales trabajando de lo que pueden y les dejan, y sobrellevan el sufrimiento de su pueblo como buenamente pueden mientras en Europa lo miran todo desde lejos con condescendencia, falsa compasión y una inconsciencia plena (y en muchos casos voluntaria) de lo que ocurría. Maugham tiene poco tiempo para contar su historia y no se adentra plenamente en este tema pero deja las chinas en el camino para que el lector las pise y sienta la molestia en el zapato. Por otro lado, el imperio británico seguía dominando la faz de la tierra por aquellas fechas y, si cerraban los ojos ante una posible guerra contra el gobierno alemán, más cerrados los tenían ante la desaparición de su imperio, el más extenso de la historia. La Segunda Guerra Mundial también se llevó esto por delante pero, a efectos de nuestra historia, ser gobernador general (antiguamente llamado virrey) de la India en 1938 todavía era uno de los cargos más importantes a los que podía aspirar un pez gordo político, y eso también tiene su importancia en la trama de la novela de una manera que no os puedo explicar.

Y es que en realidad, explicar, lo que es explicar, puedo explicar poco, y de hecho os aconsejaría que os contasen lo menos posible sobre la historia. Las suaves colinas de Florencia, la tranquilidad de sus villas, el paisaje toscano, la ciudad monumental al fondo, el clima caprichoso, la paz de tanta belleza... la literatura y el cine han señalado Italia en general, y la Toscana en particular, como lugar de refugio y de búsqueda de uno mismo para personajes que han alcanzado un punto de inflexión en su vida. Así es como conocemos a Mary Panton y como nos adentramos en una historia en la que nos movemos de propuestas matrimoniales que se toman en serio a propuestas que no de la mano de personajes altaneros en unos casos y frívolos en otros, y asistimos a cenas y reuniones de gente bien en las que unos hablan sin saber y otros tiran de ironía para decir lo que piensan... todo es un juego cuando se está en sociedad y un pensamiento introspectivo cuando se carece de compañía. Y cuando crees que estás ante una historia que rezuma a literatura clásica inglesa de la primera mitad del siglo XX, de esa encantadora, aguda e inteligente en su deambular por caminos transitados, llega Maugham y te da una palmada en todas las narices, que estamos en Florencia y aquí siempre hay un mundo alternativo, un mundo de esos que asemejan a ese luminoso en el que existimos pero donde todo es gris y hay cosas malas acechando en las sombras. Maugham debió pensar, ¿qué tal si añadimos un poco de intriga y tensión a todo este costumbrismo? Et voilá!

Poco más puedo y quiero contaros de Una villa en Florencia. A mí me ha gustado mucho ya no solo por la historia en sí misma, que también, sino porque leer a Maugham siempre es un placer. Desbordaba inteligencia y sentido común a la hora de crear a sus personajes, y eso hace que los sientas reales más allá de sus acciones y de las situaciones a las que los enfrenta. Los finales de sus historias no son convencionalmente felices ni desgraciados ni todo lo contrario, porque los matices con que los diferenciaba eran plenamente consecuentes con las complejidades de sus personajes, así que la balanza siempre pende de un hilo (y en este caso ya me guardaré yo mucho de dar ni una sola pista al respecto). Maugham publicó Una villa en Florencia en 1941, en plena gloria de su carrera (está considerado el autor mejor pagado de la década de 1930), y aun así la historia, el estilo en que está contada y la manera en que ocurren sus principales eventos avanzan en dirección contraria a cualquier forma de pretenciosisad y artificio. Una villa en Florencia destila cierto desenfado en su impecable acabado. como si fuese la obra de un autor genial que disfruta sentándose a escribir, que no tiene ninguna presión a la hora de hacerlo y en la que todo fluye sin dificultad hasta cerrar toda una trama en apenas 180 páginas. Por eso ejemplifica a la perfección ese pequeño placer literario de la colección que lo contiene, y por eso me parece una lectura tan recomendable como disfrutable. Y de paso os recomiendo encarecidamente a Maugham en general si no lo habéis leído nunca. Ya estáis tardando.
Enlace: http://inquilinasnetherfield..
Comentar  Me gusta         120



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro
Apreciaron esta crítica ()(11)ver más