Mary, una joven que ha quedado viuda recientemente, decide pasar una temporada en una villa en Florencia para descansar, pensar y replantearse qué va a hacer con su vida a partir de ahora. Desde su terraza con vistas a las cúpulas y torres de la ciudad contempla cada atardecer el espectacular entorno que la rodea, un paisaje idílico lleno de árboles frutales y jardines. Pero no os dejéis engañar por esta portada tan evocadora ni por tan encantador comienzo, porque aquí nada es lo que parece y muy pronto van a empezar a complicarse las cosas... De repente la narración cambia totalmente de tono, y lo que parecía que sería una historia tranquila y placentera se vuelve, en tan solo una noche y a raíz de un suceso del todo inesperado, en un asunto oscuro y sombrío. A partir de ahí se vuelve adictivo y yo ya no pude dejar de leer hasta el final, necesitaba saber cómo terminaba todo aquello. Es muy ágil, con ritmo y tiene unos diálogos irónicos y divertidos. Pero una de las cosas que más me ha sorprendido, aparte de la impecable narración, es la protagonista. Mary es una mujer con carácter, decidida y segura de sí misma, y con una forma de pensar bastante adelantada a su época. Me ha gustado que el autor creara un personaje así, con esa fuerza y una manera de actuar difícil de aceptar en aquel momento, y que seguramente le hizo tener que encajar muchas críticas. Un "pequeño placer" diferente con toques de "thriller" o novela negra, que tal vez al ser un género que me gusta demasiado no vaya a convertirse en uno de mis favoritos pero aún así, como todos los de la colección, muy recomendable. |