Cenicienta liberada

Muchas son las versiones de los cuentos tradicionales, pero quizá ninguna tan necesaria y actual como la de Rebecca Solnit. En este relato Cenicienta es capaz de salir de su prisión, prisión que no sólo no es tan férrea sino que difiere en otros elementos como los personajes que la rodean. Las hermanastras tienen su historia y motivos, no se caricaturizan como monstruos sino como otros tipos humanos, buscando promover la aceptación de los demás y la idea de un concepto de belleza libre y subjetivo.

A lo largo de la historia van apareciendo cambios, en principio sutiles, que nos permiten apreciar que no estamos ante el cuento que conocíamos. Inicialmente se nos presentan como leves modificaciones en la narración que denotan la importancia que tienen valores como la solidaridad, la amabilidad o la empatía en la vida de Cenicienta, y también en la de aquellos que estén compartiendo su historia. Más adelante sí que son sustanciales, puesto que el final no es para nada el esperado, o sí, el esperado en un mundo libre de prejuicios, en el cual no existe la predestinación pero sí la fuerza de voluntad y las personas buenas.

Sin duda es un libro recomendado para lectores de todas las edades, aunque especialmente para los más pequeños que pueden crecer embriagándose de historias clásicas adaptadas a la óptica actual. Además, para los más mayores, la autora incluye una reflexión final sobre los motivos que la llevaron a contar esta historia tal y como lo ha hecho, muy interesante y certera que conduce a la reflexión sobre el porqué de todos los elementos que aparecen en sus páginas.

Por último, y no menos importante, el texto va acompañado de las preciosas ilustraciones de Arthur Rackham. El motivo de su elección podréis encontrarlo en las palabras finales de la propia Solnit.