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La historia comienza hablándonos de Enzo, un joven que vive en Nueva York desde hace años, alejado de su familia, y el cual recibe una carta misteriosa, en la que le invitan a volver al lugar en donde vivió con su madre porque ella ya no está. No se ha muerto, pero ha decidido ingresar en una institución donde los pacientes, en estado vegetal, contemplan recuerdos felices de su vida de forma permanente. Él, con incertidumbre, viaja a Italia en busca de su padre y rememora hechos de su pasado, conflictos personales, que le llevan a investigar por qué su madre tomó esa decisión. Además, allí conocerá a Mara, mujer de un amigo de la infancia, con la que tendrá una tensión considerable. Todos estos hechos, harán que el protagonista busque (y quizás encuentre) ese lugar al que siempre quiso volver o en el que siempre quiso estar. Tendrá que perdonar, amar y pasar por diversidad de encontronazos y sin sentidos, para encontrarle, valga la redundancia, un sentido a su propia vida. Y, sin duda, a veces hay que perder para ganar.
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