La culpa

La novela negra gallega está en auge. Cada vez son más los títulos que se traducen al castellano, y todavía está por llegar una historia escrita por una autora gallega que no me haya gustado. "La culpa", Premio Xerais de Novela 2022, no ha sido la excepción. Primera novela que leo de María Solar y, desde luego, no será la última.

Amanda trabaja en una sucursal bancaria de la que Mirta Góndar es cliente. Las visitas de la señora Góndar son temidas, tanto por su mal carácter como por la pestilencia que desprende a su paso. Amanda coincidirá con ella en una única ocasión, pero eso será suficiente para que Mirta le deje en herencia toda su fortuna. Tras el shock inicial, y ayudada por Eric, un vecino periodista, Amanda tratará de descubrir quién era realmente Mirta Góndar y por qué la eligió a ella como heredera.

"La culpa" tiene dos partes claramente diferenciadas. Por un lado está la parte de Amanda, que se lee como si fuese un thriller, al tiempo que seguimos al personaje en su investigación; y por otro está la parte de Mirta en la que, a modo de diario, la autora hace un profundo análisis psicológico del personaje y de la relación que marcará toda su vida. "La culpa" es, ante todo, una historia de personajes, una historia de mujeres. Es la historia de Amanda, de Mirta, de Marcela, mujeres todas ellas con sus luces y sus sombras.

Lo más interesante es, sin duda, la parte en la que Mirta nos revela su historia y la forma que tiene de hacerlo. Necesita escribir ese diario para tratar de aliviar esa culpa que la ha estado acompañando prácticamente toda su vida, para hacer las paces con su pasado y ajustar cuentas pendientes en su presente. Lo que más me llamó la atención fue esa resignación que parece sentir ante el final que se aproxima, esa aceptación ante lo que viene, como si fuese la forma de expiar sus pecados pasados.

Mirta huyó de España rumbo a Buenos Aires junto a su amiga Marcela, pero su amistad irá convirtiéndose en una relación tóxica, de dominación, a medida que el resentimiento va creciendo en su interior. Su amistad terminará sustentándose únicamente en esos secretos que te atan de por vida a otra persona, que por mucho que intentes olvidar siempre van a estar ahí agazapados, y que en caso de descubrirse podrían suponer la destrucción de ambas partes.

Para Marcela, Mirta es una posesión, ya que es libre gracias a ella. Siente que Mirta le debe todo pero que no se lo paga de la forma en que ella merece. Mirta se siente en deuda con Marcela, pero el agradecimiento inicial ante lo que Marcela hizo por ella, se va tornando en culpa y miedo, ya que esa deuda que tiene con ella nunca parece verse satisfecha. Lo único que terminará uniéndolas será la culpa, esa culpa que por mucho que trates de esconder bajo una fachada de éxito, lujo o dinero, va a seguir ahí para terminar devorándolo todo.

El final me descolocó por completo. Aunque hubo una parte que sí vi venir, otra me pilló por sorpresa ya que me pareció iba un poco en contra de cómo se había comportado ese personaje hasta el momento, lo que me resultó un poco inverosímil. ¿Impactante? sí, pero no creíble del todo.

Con un estilo claro, hipnótico, magnético y envolvente, que por momentos te llega a ahogar como si del olor nauseabundo que desprende Mirta se tratase, “La culpa" es una gran historia acerca de cómo, en ocasiones, una culpa autoimpuesta puede llegar a dominar toda tu vida.