Canto yo y la montaña baila

El argumento de esta novela es más simple de lo que se ve en un principio, solo que hay que juntar las piezas que cada personaje, uno a uno, nos van dando.

Narrado por muchas voces, este libro parece más bien parece contado por un coro, el coro de las montañas, ya que estos narradores son personas, pero también elementos de la naturaleza que puedes encontrar en ellas.

La autora nos cuenta, además de la historia de estas gentes, otras que son tradicionales, leyendas de la zona de Pirineos. Por eso, podemos descubrir brujas, mujeres de agua, gigantes, entre sus páginas. También nos muestra algunos cuentos sobre la formación de la cadena montañosa que protagoniza el libro, y otras leyendas como la creación de animales que se pueden encontrar en ellas, como el oso, por ejemplo.

Con un lenguaje poético, coloquial, algunas veces incluso vulgar, la autora se acerca a nosotros sigilosamente, como si fuera nuestra propia familia. Una narración diferente, fuerte, en algunas ocasiones que es la que llama más la atención de toda la lectura, pero más débil en otras, que parecen no concordar con el resto.

Una historia que deja con ganas de más, de saber acerca de aquellas brujas que quemaban por ser libres, de historias de corzos y osos, de conocer más acerca de las mujeres de agua.