Hija única

Nos encontramos ante un thriller psicólogico y de suspense que se reparte en dos franjas temporales, enero de 2003: días antes de la desaparición de Rebecca Winter, y el 2014: cuando una chica que se le parece suplanta su identidad.
La autora juega mucho al despiste durante todo el desarrollo de la novela, más gracias a esta división temporal.
La primera parte se hace un poco lenta a mi juicio, siendo la segunda donde se ve claramente una precipitación de los acontecimientos. Me ha encantado que en varias ocasiones me llevara a confusión muchas pistas falsas que la protagonista, que es la suplantadora, va descubriendo.
Los personajes secundarios están bien definidos y juegan a la ambigüedad, cosa que te confunde todavía más.
En cada capítulo se intercala un año, y así vamos viendo junto con Rebecca y la suplantadora, el devenir de los acontecimientos. En el caso de Rebecca, en el 2003: veremos que tiene lagunas, ha querido enterrar en su subconsciente hechos horribles que son determinantes en lo que pasará; y con la suplantadora, en el 2014:observaremos su evolución y que cada día le va importando más que le sucedió a Rebecca, y como descubrirá horrorizada la gran verdad.
Todo esto aderezado con un verano caluroso y sofocante en Australia, que hace que la ambientación sea más asfixiante, intrigante y especial.
Las partes donde se habla de política del país me parecen interesante, yo la desconocia por completo, se habla sobre unas islas que son centros de procesamiento de inmigración de Australia, donde la gente parece que no viven en condiciones adecuadas. Los que la habitan son solicitantes de asilo político, os invito a que busquéis por Internet info sobre Nauru e Isla Manus. Se ve claramente que la autora ha querido hacer denuncia social, y ha utilizado a un personaje secundario como vehículo de esta.
Recomendable 100% para aquellos que les gusten los thriller con tantos giros que acabes mareado. Os encantará.