Enrique Sánchez y su cocina

Este libro es un recetario de alta calidad tanto por su formato como por su contenido.

Se trata de un libro de tapa dura con sobrecubierta. Dicha carátula está revestida de una película brillante, lo que hace que su limpieza sea sencilla y que cualquier mancha que pueda surgir durante la preparación del plato no penetre en ella. Bajo la misma se encuentra una portada exactamente igual a la primera, lo que valoro muy positivamente, pues, en el supuesto de que se dañase la sobrecubierta, siempre conservaríamos la portada original.

Este libro tiene una serie de ingredientes que hacen de él el mejor recetario del autor hasta el momento (o al menos para mí). Entre estos elementos se encuentran los que a continuación menciono. En primer lugar, en las páginas iniciales incorpora unas tablas en las que se señala cuál es la temporada de diferentes ingredientes, lo que nos permite saber cuándo es el mejor momento para adquirir unos u otros (tanto por su calidad como por su precio). Estas tablas están estructuradas del siguiente modo: verduras y hortalizas, frutas, pescados y mariscos, y carnes. A continuación el libro dedica un apartado a los condimentos: hierbas aromáticas y especias. En él se detallan sus variedades y usos más frecuentes. En último lugar, y antes de adentrarse en el desarrollo de las recetas, el libro incluye un total de treinta y seis trucos y procedimientos que nos pueden facilitar nuestro día a día en la cocina.

Centrándome en el recetario en sí mismo, este incluye cien recetas organizadas en torno a ocho bloques en función del ingrediente principal que se cocina o de su carácter. Así, en él podemos encontrar las siguientes partes: tapas; aperitivos fríos y ensaladas; aperitivos calientes; sopas, potajes y guisos; arroces, pastas y huevos; pescados y mariscos; aves y carnes; y postres y tartas.
En general, todas las recetas se estructuran del siguiente modo: en la página de la izquierda encontramos el título de la receta, los ingredientes requeridos y los pasos para su elaboración, y en el pie de página se recogen uno o varios consejos que nos pueden ayudar en su preparación (por ejemplo: indica ingredientes alternativos, variantes de la misma receta, formas de conservación, alternativas para servirla, etc.). En la página de la derecha se incluye siempre una fotografía de la receta ya elaborada. Dichas fotografías tienen una alta calidad y nos ofrecen sugerencias de presentación sencillas, pero que a la vez resultan delicadas.

Algo que valoro muy positivamente de este libro es que cada receta incorpora a su vez varias, esto es, si la preparación de un plato completo requiere elaborar, por ejemplo, unas albóndigas y una salsa, cada receta primitiva se desdobla en dos o en tres (diferenciando tanto ingredientes como elaboraciones). Este es un rasgo muy a destacar porque, aunque no consumas el ingrediente fundamental del plato principal y que da nombre a la receta (ni sus alternativos), en su descripción puedes encontrar los ingredientes y los procedimientos para elaborar salsas, purés, masas, natas, acompañamientos, etc.

En lo relativo al tipo de recetas, aunque incluye algunas recetas que pueden resultar familiares, la mayoría de ellas son altamente novedosas y mezclan ingredientes de una forma muy original y sugerente. Así, podemos encontrar recetas curiosas como: San Jacobo o filete ruso de pez espada, boquerones fritos rellenos de gazpacho y pesto de espinacas, entre muchas otras.

El libro se cierra con fotografías de su making off y con el índice alfabético de las recetas, aunque en las primeras páginas se recoge el índice por bloques según el tipo de plato que es o el ingrediente principal que utiliza.

En definitiva, creo que este recetario es merecedor de estar en nuestras cocinas por ese equilibrio perfecto que logra entre la sencillez de sus platos y la combinación innovadora de ingredientes.