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Me resulta muy difícil hacer una crítica de este libro pues la apatía que me ha provocado me impide ser correcta. Si antes de leer este libro me dicen que en apenas 128 páginas iba a querer matar a un personaje para que ni siquiera tuviera existencia, no me lo hubiese creído; siempre he sido capaz de encontrar una pequeña luz en todos los personajes de las novelas que he leído hasta ahora, y son unas pocas, da igual que fuese un personaje bueno o un personaje malo siempre le veía una razón para existir, en cambio soy incapaz de ver o encontrar un motivo para que Álex exista. Comenzó siendo un niño tonto, un adolescente insulso, un joven que ni fu ni fa y un adulto al que lo único que apetece es abofetear. Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio, es una frase que le viene al pelo (al poco pelo que dice que le queda al acabar el libro), claro, que para aguantarle hay que ser como él, igual ese es el problema. Lo cierto es que Amara también me da dentera, siempre he odiado a esas personas que van por la vida dejando que el mundo tome decisiones por ellas aunque no les gusten las consecuencias; pero que no hacen nada para cambiarlo. Con la leyenda del hilo rojo de banda sonora encubierta, y supongo que basada en hechos reales, la historia no te envuelve, no te ubica, no te llama para dejarte entrar. Se quieren contar muchas cosas en 128 páginas y el resultado es un borrón de esos que haces en los apuntes y que terminas adornando con un estrella dibujada por subrayador amarillo para que parezca artístico, aunque no lo sea. |
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