El Abad

El Abad relata la vida en un monasterio hace cientos de años, dónde todos los monjes que habitan en el, son guiados por el Abad, bajo la Regla de San Benito, una regla bastante estricta, que también impone castigos muy crueles y torturas a todo aquel que la desobedezca.

Además, el Abad que es casi más cruel que la propia regla que siguen, impone además a todos los pecadores, castigos que el mismo se inventa y que en muchos casos son bastante más crueles.

Toda esta historia la descubrimos gracias a que, en la actualidad, un coleccionista y amante de libros antiguos descubre unas notas escondidas en un libro que le hace sospechar que la historia del Abad no es tan cierta como cuentan los libros de historia.

Algo que no esperaba encontrar en esta historia, es la actuación de una niña, Sara, una niña que fue criada en el monasterio bajo la misma crueldad que el resto de monjes.

Al principio de la historia me costó bastante engancharme y en algunas ocasiones me llegó a dar pereza ponerme a leer, pero una vez empieza la acción, consiguió intrigarme, aunque no enamorarme.

La ambientación de la novela y la vida de los personajes en sí, están muy bien narrados y me ha parecido muy interesante descubrirlos, al igual que las torturas tan crueles que se aplicaban y conocer los pensamientos de aquella época, tan distintos a los actuales.


Es una novela entretenida y relata una historia que es bastante curiosa, pero creo que el autor no ha sabido mantener esa curiosidad durante todo el libro. Tanto al principio, como algunas veces durante la lectura, se hace un poco pesado y lento.
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Quiero confesaros que no suelo leer novelas históricas debido a que este género, normalmente, no me llama mucho la atención pero, con “El abad” me ha pasado justo lo contario. Su sinopsis me pareció muy interesante y entonces decidí darle una oportunidad.

La edición que nos trae Altera Ediciones tampoco se queda corta. Me parece preciosa y muy cuidada. Llena de detalles por todos sus rincones.

Nada más mirar la portada te llama la atención la figura misteriosa, un encapuchado, que se encuentra dentro de una catedral. ¿Quién será? ¿Qué papel tendrá este en la historia? Nos van surgiendo preguntas en la cabeza con solo un simple vistazo general. El misterio nos atrae y nos hace querer saber más de la historia que se esconde entre las páginas de este libro.

Deciros que la novela no me ha decepcionado nada, justo lo contrario. Una vez más, un libro ha superado mis expectativas, llegándome a sorprender, en más de una ocasión, durante la lectura.

Nada más empezar a leer conocemos a un misterioso fanático de los libros antiguos. Acaba de entrar, como hace cada cierto tiempo, en la tienda de Antigüedades Boente. Y allí está, casi como si estuviera esperando a que él lo recogiera, un gran libro antiguo, apilado en la vieja estantería de madera. Solo con observar sus grandes hojas viejas y amarillentas despierta en él un sentimiento, una atracción sin igual, como si se tratase de magia. Tiene que formar parte de su biblioteca.

Ya en casa, y con el libro en la mesa, se dispone a ojear y revisar su misterioso contenido. Y de repente, una hoja suelta cae de dentro de su nuevo libro. En ella dice:

“Amatar tercer domingo de Pentecostés en el campanario....Nicanor”
Abad Cotón.
¿Qué significa esto? ¿Matar? ¿Quiénes son el Abad Cotón y Nicanor?

No os puedo decir más. Para conocer este gran misterio tendréis que leer la historia completa.

La novela me ha parecido muy ágil y de fácil lectura. Conforme pasamos las páginas, la trama va cogiendo velocidad. Una vez nos adentramos en ella consigue engancharnos y generarnos un rompecabezas mental que tendremos que intentar resolver a lo largo de la lectura.

Los personajes me han parecido muy detallados, casi reales. Conforme pasan los años vamos conociéndoles más profundamente. Sobre todo a nuestros dos grandes protagonistas, Nicanor y Cotón.

Creo que el personaje que más he llegado a conocer es el del Abad Cotón. Se podría decir que ha sido como un protagonista en la sombra para mí. Cotón representa todo el mal al que puede llegar el ser humano. Envidia y odia a sus hermanos los monjes. Manipula y castiga a la gente e incluso asesina para buscar su propio beneficio. Es un ser despreciable que va empeorando, volviéndose peor a lo largo de la trama.

Nicanor, por otro lado, me ha parecido como la otra cara de la moneda, comparándolo con Cotón, por supuesto. Es sincero, amable y siempre busca el bien para los demás, nunca para sí mismo.

Creo que el autor ha querido enseñarnos, por medio de estos dos personajes, hasta donde puede llegar el ser humano dependiendo de su forma de ser y su interés en la vida.

Me ha gustado mucho que toda la historia ocurriera en torno a la religión y a las normas de la abadía. He aprendido como se vivía en esa época y cuáles eran las reglas y castigos que se tenían en la época.

La única pega que le pondría al libro, en mi opinión, serían las extensas descripciones que a veces aparecen en la historia. Me descolocaban un poco sacándome, incluso, de la trama.

Por último, deciros que el final me ha sorprendido, dejándome sin palabras. Sorprendente.

Recomiendo esta novela a cualquiera que busque una historia no muy larga para pasar un rato, durante esta época estival. No os decepcionará.
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