Sin rastro

Me hacía falta un libro así. Thriller rápido, cortito, completo e interesante. El policía no es alcohólico ni tiene ningún problema mental y no tiene una pareja investigadora fascinante.

Me ha encantado y me ha tenido enganchada a sus 240 páginas casi casi desde el principio.

Nuestro protagonista es un policía de Londres especializado en desapariciones de niños, que se ha mudado con sus 3 hijas pequeñas (7,3 y 1,5 años) a Norwich su ciudad de origen. Esta vuelta a los orígenes pretende ser una recuperación familiar tras el secuestro no resuelto de su mujer. Pero ¿qué pasa si alguien es especialista en secuestros y secuestran a 2 niñas? Obviamente Kett, se verá envuelto en este caso mientras trata desesperadamente de hacerse a la vida de familia monoparental. ¿Os imagináis el estrés de cuidar a 3 niñas pequeñas que además acaban de perder a su madre?

El libro está muy bien escrito, los capítulos son cortos y te invitan a seguir leyendo. No es que los giros sean especialmente originales, pero tiene un par de cositas que están muy bien y todo queda tan bien encajado que como lectora me ha dejado un buen sabor de boca. Además, me he dado cuenta haciendo esta reseña que describe de forma muy vívida todos los escenarios por lo que es muy fácil sumergirse en esta “pequeña” ciudad inglesa.

Que sepáis que este es el primero de una serie que ya va por el séptimo, aunque de momento solo este está traducido, espero que lo hagan en orden y que no tarden mucho.  

Os lo recomiendo si tenéis ganas de thriller con un toquecito de humor