Lo primero de todo, es que me ha hecho reír. La situación de Kett con sus hijas te hace reír, y bueno eso nunca viene mal. El libro se lee en un suspiro. Un detective en baja laboral vuelve a su ciudad de origen. No da explicaciones de su vida en esa ciudad. le piden que ayude a la policía de esa ciudad en la desaparición de 2 niñas de 11 años. Es un libro para desconectar. Trama bien hecha y con alguna risa. |