Fragua

Mi primera novela sobre Ali Smith me ha dejado algo desconcertada. La novela tiene un arranque que lleva a pensar que el tono, el género y la historia irán por un camino, y la continuación me ha llevado a un lugar completamente diferente. Aún no tengo claro qué me ha supuesto eso, pero el caso es que tampoco podría decir que el libro no me haya gustado. El estilo sí me ha conquistado, muy directo, con una estructura sencilla que se vale de recursos muy elocuentes para transmitir mensajes profundos y evocar sensaciones. En un momento dado, decidí dejarme llevar y disfrutar, sobre todo, de la forma, porque lo primero que me atrapó de esta obra es ese espíritu de exploración e indagación que la escritora parece querer compartir, como si se propusiera mostrar, sacar a la luz, el proceso de escritura, sin hacerlo explícitamente. Es extraño…
El libro irradia sensibilidad, en el simbolismo, en la mirada sobre los personajes y en el recurso al pasado, más o menos remoto… Uno de los capítulos me llevó a Maggie O'Farrell en su “Hamnet”, no digo más. de modo que, sólo por el anhelo de la escritora de manejar y jugar con el lenguaje, de indagar en él para lograr el relato que le interesa, y mostrar (en parte), ese proceso, vale la pena leerla.
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