Amor fingido

En esta historia vamos a conocer a Amanda, quien vive fingiendo para hacer feliz a los demás. Finge ser feliz para no tener que enfrentarse a la realidad. También conoceremos a Nate, quien aparentemente es un prepotente y un niño mimado que lo tiene todo. Tras varios encontronazos en el instituto, tendrán uno final que les llevará a tramar el plan de fingir estar saliendo para evitar que dos personas estén juntas. Pero ¿qué pasará mientras ambos fingen?

Es un libro de romance juvenil con un cliché típico (una relación falsa) pero que me encanta y me ha enganchado desde el principio. Ella no hace realmente lo que quiere porque es su madre la que lo hace, mientras que ella es la que tiene que quedarse en casa cuidando de su hermano pequeño. Fuera de casa, está sola, sus “amigos” se han aprovechado de ella. Será realmente con esa nueva amistad, con quien se abra de verdad y empiece a ser ella misma, y además conocerá a más gente con la que podrá sentirse bien. Nate es alguien del que se tiene una imagen completamente equivocada y es un niño que merece muy mucho la pena conocer. A pesar de tener todo lo que ha querido en la vida, le falta algo muy importante, el cariño de unos padres. Entre ellos surge una amistad sincera y las chispas están ahí desde el primer encontronazo que tienen, aunque no sean capaces de verlo.

Caleb, Lucy, Dawson, Daniel y Nadia son, desde luego, unos personajes a los que seguirles la pista.

La historia tiene un ritmo muy ligero, y con capítulos super cortos, que hace que no puedas dejarlo con facilidad, te atrapa. Abarca temas complicados, que algunos de ellos quedan por resolver.

No había leído nada de Andrea y desde luego que quiero seguir leyendo más de ella, sobre todo la segunda parte porque me ha dejado con muchas ganas de más después de haber leído ese final, que podría acabar así, es una posibilidad, sí, pero espero que no porque ninguno de los dos se lo merece ese desenlace.