La chica olvidada

Emily Vaugh es popular en el colegio y tiene una vida prometedora. Sus amistades no son demasiado adecuadas, por lo que guarda algunos secretos. La noche de su graduación alguien la silencia para siempre, asesinándola. Cuarenta años después, el caso sigue sin resolver. Andrea llega al pueblo para proteger durante los últimos días de su vida a la madre de Emily, una reputada jueza. Pronto decidirá buscar justicia para Emily.

Estamos ante un thriller que pese a partir de una premisa bastante adolescente, es maduro y voraz. La trama se desarrolla mediante dos líneas paralelas, el pasado contado por la propia Emily, y el presente narrado por Andrea. Como es habitual, una de estas dos historias se ha llevado mi atención, y obviamente ha sido el caso de Emily.

Su historia está especialmente bien llevada, ambientada en el 1982, por lo que hay algunos comentarios y comportamientos que hoy en día serían algo fuera de lugar, pero debemos verlo con la perspectiva del momento y el lugar en el que se ambienta. Los capítulos cumplen con su cometido, hacen que empaticemos con ella y comprendamos como ha llegado a ese fatídico final.

Por lo que hace a la historia de Andrea, en algunos momentos se me ha hecho pesada al prestar tanta atención a sus vivencias personales y laborales. Aunque me ha encantado conocer gracias a su personaje como han cambiado los amigos de Emily que, pese a tener tanta sed de vida, se han quedado anclados al pasado. ¡Elemental en un buen thriller!

En resumen, una lectura que, pese tener sus más y sus menos, me ha resultado entretenida. Sí que destaco el estilo de la autora, conciso y directo, aunque ya sabéis que yo disfruto más de una redacción que se centre en la ambientación.

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