Botones y odio

El libro anterior termina con Pearl aceptando el trato de Crow para tener cierta libertad a partir de los botones que le dará si se deja hacer ciertas cosas.
Pearl piensa, al principio, en Crow como un malo menos malo, pero ahora, que ya lo conoce un poco más puede entender su forma de ser. Ella cambia sus botones por citas que cambian el día a día de los dos. Los sentimientos van cambiando y después de un hecho puntual en el que la vida de Pearl está en peligro su realación se estrella hasta puntos insospechados. Crow quiere protegerla contra viento y marea y no quiere devolvérsela tampoco al malvado contrabandista que la tenía antes. Porque él sabe que no puede vivir sin ella. Pero en el momento en el que una tercera persona le menciona sus sentimientos por ella recula y encoleriza por esa patraña. Pero las cosas entre ambos han cambiado del todo.
Esta parte termina con un suceso que deja a nuestros personajes separados pero aparentemente a salvo, ya que Pearl sigue estando en búsqueda por parte del mafioso que la compró en el primer libro.

Este es un libro menos oscuro, de crecimiento personal de cada uno y de evolución entre ellos como personas y pareja.
Los problemas tanto internos como externos hacen presencia uniéndolos más pero separándolos al mismo tiempo por el miedo de Crow.
La novela se lee muy rápido y es muy entretenida. Es una novela ideal para limpiar el cerebro si estas muy saturada y devorarlo con avidez.
Con un final muy abierto nos encamina y medio nos obliga a seguir leyendo la tercera parte y última para estos personajes, que seguirán saliendo en la segunda trilogía pero como secundarios. Y que espero leer pronto.