Nigromante

Entrerríos es un pueblo lejos de las grandes ciudades donde impera la vida simple, donde todas las familias de conocen entre sí desde hace muchos años y donde todo es muy tranquilo hasta que los aldeanos empiezan a notar cambios en su entorno. Para averiguar el porqué sus cultivos ya no van tan bien, el porqué cada vez hay menos animales para cazar y porqué la tierra no es lo que solía ser, un grupo de aldeanos va a emprender un viaje a su alrededor para descubrir una respuesta. En este viaje, las cosas no van a resultar como pareciera y cada uno de los personajes que intervienen van a encontrar su motivación propia. Este es un viaje con boleto de ida a regreso a un mundo donde confluyen muchas cosas, de manera más que genial.

Nigromante no es la historia de un rey de un gran país que va a la guerra contra un señor oscuro, ni es la historia de un caballero intachable que va a luchar contra un mago que se transforma en cuanta abominación se imagine para ganar el corazón de alguna damisela. Tampoco es una historia que se desarrolle en una ciudad grande, llena de encantos y maravillas en cada esquina que recuerden lo gloriosa que ha sido la vida allí. La historia que acá se cuenta es sobre gente común, que viven en aldea alejada de toda la pompa de la gran ciudad y cuyo único interés es el bienestar de los suyos y de su entorno.

A la primera pensaría uno que se encuentra leyendo un cuento que tiene una historia simple y que va a poder acabar en pocas sentadas, impresión que dista mucho de ser verdadera y que conforme van pasando las páginas debe quedar claro que este cuento va muy en serio y que tiene más tramas de las que uno esperaba. Un asunto que engancha y que ayuda con el ritmo en crescendo del libro, ritmo que va a llevarse hasta el final.

Del estilo de Sisí como escritor, por lo menos en este libro; pues no había leído nada de él antes, quiero mencionar la riqueza de metáforas que pone en la historia: cada tanto se encuentra uno con pasajes llenos de una riqueza narrativa increíble que ayudan mucho a construir mentalmente este mundo. Esto va ligado a la riqueza del vocabulario usado para la narración, una herramienta que es usada con plena conciencia para darle el tono justo que quiere lograr el autor con su relato: una historia contada por alguien más mucho tiempo después los sucesos que los personajes viven.

Con un tono que recuerda a ratos a Tolkien y al Beowulf, sobre todo en el primer tramo de la historia, y que luego se acerca más a la forma y las narraciones de Lovecraft —aunque últimamente veo a Lovecraft en casi todo lado— cuando se acerca el punto final de la historia, Sisí mezcla en Nigromante de una forma impecable, la mayoría del tiempo, la narración de la historia que nos atañe con las descripciones precisas de lugares, personajes y situaciones que se ponen en el camino.

Dentro del género, este es un libro atípico, pues son pocos los libros dentro de este que sean autoconclusivos y que logren tener el nivel de desarrollo que Nigromante alcanza. Eso lo logra el autor yendo acá y allá cada tanto para avanzar en su historia y a la vez mostrar cómo está creado su mundo y que historia hay antes de la que se nos cuenta. Un elemento que nos muestra que el mundo donde se encuentra ubicado está, sin duda alguna, vivo.

Otro detalle que no pasa desapercibido en Nigromante es el nivel de desarrollo que tiene la magia dentro del libro, pues si bien es un recurso común dentro de la novela de Fantasía, usualmente no pasa de tener una mención básica sobre sus orígenes, medios y el manejo que se le da dentro del mundo. Acá, la magia viene de la tierra, tiene un fenómeno físico que la explica, que le da vida, es ajena a los hombres, por lo que suelen confundir todo lo que no comprenden con magia. En cambio, le es bien dada a las mujeres, por tener un vínculo tan fuerte con la naturaleza. Y es acá donde el libro deja ver uno de los mensajes comunes, pero no por ello menos vigentes de la Fantasía: el principio ecologista que debe guiar nuestras acciones cotidianas. Un mensaje que va a reforzarse muy al final de la novela con todos los acontecimientos que llevarán a la solución de ella.

Sisí ha sabido combinar muy bien y en la justa medida, los temas que más despiertan su interés: la fantasía —en el esqueleto de la novela—, el terror —en el desarrollo de esta— y la ciencia ficción —en los matices y trasfondos del relato—, todo esto con el fin de entregar un relato bastante ingenioso.

Quizás los únicos “pecados” que pueda tener Nigromante es la ausencia de un mapa que acompañe el relato y que ayude en la ubicación espacial dentro del mundo de Entrerríos, quizás con el ánimo de que el lector no limite su imaginación al encuadre espacial que se le muestre; pero que vendría muy bien siempre para recordar un par de detalles que en la memoria escapan fácilmente. El otro “pecado” que le encuentro al libro es un enemigo lejano y casi ausente la mayoría del tiempo, concebido como algo lejano y a donde se debe llegar, lo que hace que cuando entre en escena, tenga un desarrollo muy rápido y un poco difícil de asimilar.

Lo cierto es que, así muchos no lo crean, Nigromante es una crítica a la sociedad patriarcal y una defensa del papel de la mujer en la fantasía. Una tarea difícil y que demuestra un empeño de parte del autor por hacerlo, y vaya que lo ha sabido hacer.

Confesión final:
Supe de la existencia de este libro porque viene ilustrado en las tapas y adentro por Tomás Hijo, un artista increíble, del cual admiro mucho su trabajo y que en cuanto el libro estuvo disponible no dudó en compartirlo en sus redes sociales, momento en el que supe que tenía que leer este libro. Así que Tomás, muchas gracias por presentarme a este mago oscuro.