La palabra brutal define muy bien este libro, tan duro y terrorífico a ratos que pone la piel de gallina. Cargado de acción y luchas encarnizadas, Fundación echa el freno a veces para intercalar su ritmo vertiginoso con capítulos más sosegados en los que conocemos mejor a los personajes (atención al tipo duro de Jared) y vislumbramos un poco más de las intenciones de los vampiros y su forma de proceder. Además, los supervivientes van aprendiendo sobre la marcha cada vez más sobre sus enemigos, y empiezan a conocer también sus puntos débiles o, al menos, sus limitaciones. Por mi parte, me ha encantado que Sisí también muestre breves retazos de otros personajes secundarios que aparecen en escena para nutrir el relato con experiencias de personas a lo largo de todo el mundo. En mi opinión, esto hace la historia más humana y completa.
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