El huésped

Reb Berish, jubilado y con la única hija que sigue viva, viviendo en California, decide hospedar en su casa a Morris Melnik. Superviviente de los campos de concentración y con ningún miembro de su familia vivo, había pasado también una temporada en la Rusia comunista, en la que tampoco fue bien recibido.
Algo que en principio parece buena idea, enseguida hace que Berish se arrepienta por la actitud de su huésped hacia Dios, el sabbat y demás tradiciones.
Relato muy corto en el que gracias, sobretodo a los diálogos, descubrimos la actitud de un superviviente del Holocausto, que lo ha perdido todo y al que le resulta imposible superar lo vivido. Con una actitud de rencor con todo lo que tenga que ver con la religión, intenta imponer su punto de vista sobre el de Reb Berish, personaje con una actitud más pasiva y fiel creyente.
Es una lectura rápida y curiosa, pero como siempre me pasa cuando son relatos, me falta mayor profundidad en los personajes.