La parca infinita

El hijo infinito fue una primera parte que me dejó muy frío y no estaba del todo seguro si leer su secuela sería una buena idea, pero fue verlo como novedad y no poder resistirme a querer tenerlo (la portada lo es todo).

ATENCIÓN, ESTA RESEÑA TENDRÁ SPOILERS DEL LIBRO ANTERIOR
Los Portadores de Hechizos ganaron la batalla contra los Regadores de Sangre a un precio que nunca esperaron pagar: Brighton bebió la Sangre de la Parca y ahora está muriendo envenenado. Ahora que Maribelle sabe quiénes fueron los responsables de la muerte a sus padres y Atlas, irá tras ellos a cualquier costo, ya no le importa la justicia, solo quiere venganza. Todo esto ocurre mientras Ness, debido a su particular poder, se ve obligado a trabajar con su padre en una campaña en contra de los celestiales y así poder darle relevancia a la postulación de su padre. Cada uno de ellos está librando una lucha personal, pero la mayor de la amenazas está por venir y deben estar preparados para cualquier sorpresa.

Mis expectativas estaban tan bajas respecto a este libro que al comenzar a leerlo me llevé una grata sorpresa porque la trama se sintió más sólida que el tomo anterior y logró expandir el mundo de espectros y celestiales dándole su toque de originalidad (ese por el que tanto me quejé en el libro pasado) al ahondar en lo que son capaces los primeros. Este segundo libro se centra en lo que harán los Portadores de Hechizos ahora que ganaron la, probablemente, batalla más importante contra los Regadores de Sangre; las consecuencias que enfrentará Brighton tras beber la pócima de la parca y cómo podrán enfrentar el odio que el Senador Stanton y su campaña infunde contra los celestiales. En este momento contar con cuatro narradores es un completo acierto porque se le da la importancia debida a cada una de las subtramas y podemos ser testigos del crecimiento de cada uno de los personajes (y por fin las cosas tienen sentido, gracias al cielo).
Emil, el hijo infinito, es un personaje que me era totalmente indiferente, pero quedé impresionado con el crecimiento que tuvo. Sí, sigue negándose a querer sus poderes y detesta ser haber sido quien inició con los espectros, pero en esta ocasión no se congela ante el peso de su pasado y decide tomar las riendas de su destino y hacer lo que esté a su alcance para poder poner fin a este ciclo de odio que él inició (sin quererlo, por supuesto).

Brighton, el idiota infinito, solo reafirmó su papel como el personaje más odiable de todos. Desde que mostró envidia hacia su hermano por el hecho de que él sí tuviera poderes tuvimos una gran red flag y el poner en riesgo su vida al beber una poción, aún con todo lo que ha vivido, solo nos habla de lo imprudente que puede llegar a ser por un sueño que, obviamente, es imposible para él. A pesar de que lo ODIÉ con todo mi ser, debo admitir que se superó y creció muchísimo, pero en el mal sentido y agradezco que Adam nos deje ver la verdadera esencia de Brighton y que la forma en la que se desarrolla su historia muestra coherencia, nada es sacado mágicamente por debajo de la mesa, todo en él se ha ido construyendo poco a poco.

Ness, la víctima infinita, cobra relevancia en esta secuela y su trama crece exponencialmente. Quería tener más capítulos de él, pero no al precio que nos hace pagar Silvera. Realmente sufrí mucho al leer todo lo que tenía que pasar y rogaba por un respiro para él. Y por si fuera poco, la edición de Puck trae una historia corta llamada Primera Cara, donde conocemos sus orígenes y quedé destrozado, es todo lo que puedo decir. Ness, tqm, eres un pancito y no mereces más que felicidad en esta vida, necesito que estés bien porque eres un partidazo.

Maribelle, la olvidada infinita (porque ya estaba olvidando escribir algo sobre nuestra cuarta narradora, jaja). Me alegra que en esta ocasión perdiera protagonismo porque su trama me parece muy trivial, en especial teniendo en cuenta que solo se maneja con odio y la razón quedó en el olvido. Claro que es importante el descubrimiento sobre sus padres y las cualidades de sus poderes, pero se siente un poco forzado ponerla a interactuar en todo lo que sucede porque, para mí, sobra su presencia.

Se agregan nuevos personajes, los Protectores del Halo, personas que juraron proteger a los fénix a cualquier costo: Wyatt y Tala. Son la clase de secundarios que aportan tanto al crecimiento de la trama como al de los protagonistas y, aún así, consiguen tener personalidad propia. Tenía demasiado que no me pasaba que me gustaba un secundario, pero Wyatt es el crush de este libro y se perfila para serlo de la saga en general. Adam Silvera, si algo le pasa a él iré tras ti (con el corazón roto, por supuesto).
Cada pequeño plot twist no hacía más que impactarme y a eso me refería cuando mencioné que la trama se expandió. Nos adentramos más en la historia de Emil, su vida pasada como Bautista y lo que significa que dos personas, en condiciones diferentes, tengan poderes de fénix. En los agradecimientos el autor menciona que el libro pasó por un proceso de reestructuración/casi reescritura y se nota porque la trama maduró. al final no es que no te veas venir las cosas, sino que las grandes revelaciones se vienen construyendo y cuando suceden agradeces haber recorrido el camino porque hay coherencia entre una acción y su consecuencia.

La narrativa de Adam combina a la perfección acción, construcción de historia, romance, drama, crecimiento de personajes, crítica social y adrenalina. Hay varios puntos más que me gustaría mencionar, pero es mejor dejarse sorprender por esta increíble secuela que en un principio me intimidaba por tener +500 páginas y me ponía nervioso sobre cuánto iba a sufrir leyéndola (en el sentido de que sería aburrida y tediosa), pero una vez que lo terminé las sentí insuficientes, de verdad me habría leído otras 150 páginas extra sin problema porque OMG, es imposible querer salir de este mundo. Antes estaba seguro que leería el tercer tomo porque es Adam Silvera y quiero todos sus libros, pero ahora es una NECESIDAD saber cómo terminará esta trilogía y ya está en mi wishlist aunque falte tiempo para su publicación. Muero por saber el título y ver la portada, seguro será una maravilla como las anteriores (fin del comentario superficial).

En resumen, La parca infinita, es una secuela que supera con creces a su predecesor al combinar a la perfección la expansión del mundo y el crecimiento de sus personajes, haciendo que todo aporte a la construcción y expansión de la trama. Adam Silvera me sorprendió gratamente y ahora más que nunca seguiré leyendo todo lo que escriba.
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