Retrato de una desconocida

Será verdad que el mundo del arte es así de escabroso, de personajes y asociaciones dispuestas a delinquir para obtener pingües beneficios?
El autor nos adentra en un mundo bastante desconocido para algunos, por lo cual, la primera parte del libro es absolutamente aburrida y colmada de personajes que cuesta recordar y/o asociar.
Estamos buscando a uno o un grupo de delincuentes en el negocio del arte, donde además se mueven miles y millones de dólares, que falsifican obras, ofrecidas, buscadas y compradas por interesados en colgar en sus paredes obras originales, tan verídicas, que hasta verdaderos artistas en el arte de comprobar autenticidades, cometen errores.
Los museos más importantes del mundo se enorgullecen de poseer en su patrimonio pinturas que son solo falsificaciones perfectas de sus originales.
La segunda parte del libro, es más ágil, tal vez porque los protagonistas nos son ya más conocidos, y se lee con interés.
El propio autor, dedica varias páginas a separar la ficción de la realidad al final del libro, con los que nos sentinos aliviados al reconocer que la lectura no era tan sencilla y nos vanagloriamos de haber podido concluírla con éxito.
Me encantó la ironía de las respuestas de quien nos conduce a través de la trama: Gabriel Allon.