 |
En el tercer libro de la serie Bevilacqua y Chamorro, nos encontramos ante un caso sucedido hace dos años en las Islas Canarias y que está sin resolver. El único acusado, tras un juicio en su día, quedo absuelto. El caso estaba en el olvido pero el subdelegado del gobierno era cuñado de la madre del muerto y metió presión para que se reabriera. Así que al sargento Bevilacqua y a la cabo Chamorro les tocará ir a investigar. Al comienzo del libro, nos situamos en las Islas y se nos narra a grandes rasgos lo que ocurrió hace dos años. Después, ya estamos en la actualidad con Vila y Chamorro, a los que se les acaba de asignar el caso. Un gran punto a favor de la historia son las conversaciones entre Vila y Chamorro. Tienen una confianza forjada con los años y se nota. Se lanzan pullas constantemente y sus diálogos acaban siendo graciosos y divertidos. En cuanto te sumerges en el caso, ya no puedes parar de leer. Vas profundizando en el poco a poco, descubriendo todos sus entresijos. Cuanto más sabes de él, más dudas tienes y más difícil parece que va a ser resolverlo. Hay bastantes reflexiones, tanto interiores como exteriores, de Vila, pero en ningún momento se hacen aburridas. van bien para que uno mismo reflexione y también sirve para dar un respiro a la lectura y al caso. La historia es cada vez más profunda. Se vuelve más complicada y cada nueva pista que se encuentra en lugar de ayudar a aclarar dudas, crea más. No paras de preguntarte cosas y no obtienes respuesta, por lo que tu curiosidad aumenta y aumenta. Me gusta que el autor muchas cosas las deje caer o entrever y que no las diga claramente. Sugiere mucho pero dice poco. Deja un poco lugar para la imaginación. Hay ciertos aspectos de la historia que no terminan de convencerme. Los veo forzados y metidos con calzador. El autor parece intentar meter una especie de historia de amor, que es muy poco creíble, superficial y que desentona mucho, aunque por suerte, le da poca importancia y lo relega a un más que segundo plano. El final es totalmente imprevisible. Da un giro total a la historia, que siendo sincera, me encantó. Me gusta que me sorprenda, y lo hace y de qué manera. Me parece una forma buenísima de terminar. Todo queda atado, no hay ningún cabo suelto y la forma de unir las cosas es sencilla de entender, pero a la vez es difícil de descubrir. La pluma del autor me gusta cada vez más. Es sencilla, ágil y hace que la historia sea dinámica. En cuanto a personajes, hablaré brevemente de los tres más importantes. Rubén Bevilacqua, Vila para los amigos, es un hombre algo tradicional, pero que ha sabido adaptarse. Tiene firmes convicciones sobre algunas cosas, pero en otras duda mucho. Es bastante reflexivo y se entrega en cada caso al máximo. En algunas ocasiones, no termina de gustarme cómo actúa pero en general, es un buen personaje. Virginia Chamorro me gusta mucho. Es una mujer fuerte, que sabe valerse por sí misma. Es directa y algo sarcástica. En el trabajo se entrega muchísimo, haciendo lo que haga falta para resolver el caso. Hace un tándem genial con Vila, y se entienden a la perfección. Ruth Anglada es una mujer algo ambigua. No sabes realmente que esperarte de ella nunca, lo que hace que tiendas a desconfiar de ella. Personalmente, nunca me llegó a gustar ni a convencer. |
>
