Ésta es la primera entrega de la serie protagonizada por el inspector Mascarell. 1939, los Nacionales están a punto de entrar en Barcelona y todas las personas que han podido, ya se han marchado. La ciudad se ve vacía, destruida y desolada, la comisaría también. Sólo queda Miquel Mascarell, impertérrito, intentando mantener la rutina y seguir trabajando, una batalla que tiene perdida de antemano. Es verdad que hay una investigación pero, el libro se centra más en él, en presentártelo, saber quién es, de dónde viene, cómo piensa y por qué actúa. Es un sufrir continuo, entre la edad, la miseria y el señor haciendo más kilómetros de los que serían recomendables y, también, es el retrato de una época. Cuatro días de acción real que hacen que la historia fluya de manera natural y te apetezca seguir leyendo. Bien documentado y riguroso, me sorprendió y me gustó más de lo que me esperaba y me despertó la curiosidad por seguir con los siguientes. |