Animal

Con mi profesión uno podría pensar que lo que menos me apetecería leer por placer es sobre crímenes e investigaciones policiales, pero ¡nada más lejos! La cabra tira al monte, así que dame un cadáver (a ser posible que haya sufrido una muerte cruenta) y un grupo de policías y soy feliz.
Y “Animal” tiene ambos.

El hallazgo de un cadáver en un polígono industrial con signos de haber sido torturado es el arranque de este adictivo thriller en el que investigación policial y periodística se entremezclan, haciendo que la lectura sea muy ágil y no decaiga el interés por la historia en ningún momento.

El Inspector Castro y la periodista Olivia Marassa son los personajes principales, y de su mano vamos descubriendo todos los secretos que ocultaba la víctima. Tanto el proceso de investigación policial como el periodístico están fantásticamente descritos, y se notan el trabajo de documentación y las tablas de la autora en el mundo del periodismo a la hora de describir el día a día de la redacción de un periódico.

Aunque desde muy temprano tuve claro hacia dónde se dirigía la historia y quién podría ser el culpable, los giros y la aparición de varias subtramas (incluida una amorosa que agradezco no intentase ir de 0 a 100 y que hubiese supuesto una distracción) me mantuvieron enganchado hasta la última página.

La trama presenta varias cuestiones muy interesantes como son hasta que punto pueden beneficiarse mutuamente el trabajo policial y periodístico, y la delgada línea que separa en muchas ocasiones la justicia de la venganza, haciéndole a uno plantearse qué hubiese hecho él en esa situación.

Con dos personajes carismáticos cuya historia puede dar mucho de sí, cruzo los dedos para que haya una segunda entrega de lo que podría convertirse en una fantástica serie de novela negra.