The Promised Neverland 8

Continúo con esta serie distópica protagonizada por unos niños que escapan de un orfanato huyendo de los demonios que comen humanos.

En estos tres volúmenes hay un gran avance en cuanto a lo que sabemos del mundo en el que viven los pequeños. Tras la huida del orfanato, nuestros protagonistas se encuentran dentro del bosque, a merced de los demonios que tratan de acabar con sus vidas. Por suerte dan con una pareja de demonios “buenos” que les acogen y ayudan, dándoles algunos consejos sobre cómo sobrevivir en aquel lugar. Además les cuentan algo de historia que no conocían, y es que, en el pasado, hombres y demonios vivían en el mismo mundo, dándose caza unos a otros hasta que acordaron dividir el mundo en dos, separándose humanos y demonios. Ellos se encuentran en la zona de los demonios, donde en la actualidad existen las granjas de humanos para sustento de los demonios.

Gracias a la ayuda de esta pareja conseguirán llegar hasta el refugio de William Minerva cuyos planos se encontraban en el interior del boli que Norman dio a Emma antes de irse. Todo es perfecto en aquel lugar construido bajo tierra, hay suministros para bastante tiempo, acceso a agua y electricidad y espacio suficiente como para vivir allí. El único problema es que no es Minerva quién está allí, sino Yugo, un hombre de mediana edad que también escapó de una de las granjas pero no quiere compartir el espacio con nadie.

Emma y Ray proponen a Yugo un trato que él aceptará con idea de librarse de ellos. Los tres juntos saldrán del refugio en busca del siguiente lugar que indica el bolígrafo, lo cual les llevará hasta Goldy Pond, donde una especie de lianas secuestran a Emma, que aparece en un pueblo como de cuento que se ha convertido en un coto de caza privado para los demonios. El lugar pertenece a Lord Bayon, un demonio que ve cómo Emma ayuda a los otros niños que están allí y decide darle cancha para convertirla en una presa mejor aún.

La cosa se va poniendo más turbia y complicada por momentos, la verdad es que no deja de sorprenderme cómo evoluciona la historia, y me gusta mucho que se vea que la preparación que tuvieron los niños mientras estuvieron en el orfanato les está dando mucho juego.