Frankenstein o el moderno Prometeo

Esta es, básicamente, una historia de la condición humana. Los claros y oscuros del ser. Es una continua representación de la inquietud de la existencia, del sentido de habitar el mundo y el cuestionamiento de los por qués.

Victor Frankestein es un joven con inquietudes que se traslada a la ciudad para poder estudiar y formarse. de mente inquieta y espíritu vibrante, se adentra en el mundo de las ciencias hasta el punto de creer que todo es posible. Con una árdua y ambiciosa investigación, logra concebir la fórmula para dotar de vida al objeto inerte, sin pensar las consecuencias de sus actos y la responsabilidad que trae consigo.

Cuesta creer que esta novela haya nacido de un inofensivo reto entre amigos. Estoy alucinada. Honestamente, me parece tan psicológica y tan profunda que resulta bastante increíble que haya surgido así sin más. Pues a mi modo de ver, no debió haberse creado de la pura imaginación de la autora, cuyo torrente creativo pudiera verse potenciado por la motivación de ganar a sus compañeros, sino más bien, tuvo que haberse nutrido de una idea previa, ciertas reflexiones sobre el ser humano, que seguramente Mery Shelley había meditado con anterioridad.

No engaño a nadie. Ha sido una lectura angustiosa y sufrida. Asistimos al derrumbamiento emocional de una persona que, sin haberlo previsto, se vio envuelta en un dilema importante, una carga pesada. Rivalizar con la divinidad parece tener un alto precio.

Es sencillamente una historia de obligada lectura, por lo que cuenta, lo que expone, de esas que hacen pensar y obligarte a sumergirte en los inicios, en el núcleo de la existencia, en los límites del ser humano, en la filosofía de la vida.