Frankenstein o el moderno Prometeo

En líneas generales, lo cierto es que sólo puedo decir que me ha gustado bastante. Todos tenemos una idea de lo que Frankenstein representa, pero es la primera vez que me meto de lleno en la historia original de Mary Shelley y es bastante distinta de la idea que podemos tener cuando sólo conocemos las adaptaciones cinematográficas.
Está dividida en varias partes y de cada una de ellas he sacado algo que me ha fascinado. de la primera destaco el horro y la culpa del creador. La segunda es, quizás, mi favorita. Ésta se centra en la angustia del creado, sintiéndose un monstruo, luego de ir descubriendo poco a poco la diferencia que existe entre el resto de humanos y él. El despertar de los sentimientos, la forma en que explora cada uno de ellos, la angustia del aislamiento y la privación, la inevitable pregunta: ¿Quién soy? La forma en la que viran todos los sentimientos al tomar conciencia del abismo que los separa y de la certeza de que está condenado al rechazo, llevándole irrevocablemente al deseo de venganza. La última parte está llena de terror y la parte final cierra de forma adecuada con la reflexión del “engendro”.
Me parece que es una obra que está lleno de matices y que se disfruta y se sufre a partes iguales y que te hace empatizar con todas las partes. Quizás hay partes en las que te gustaría avanzar en la narración de ciertos hechos o de ciertas épocas, pero es el único pero que le pongo a mi primera experiencia con uno de los mejores “monstruos” de la literatura.