Fuera de Mi

Los pensamientos necesitan de las palabras, y las palabras necesitan la voz

Para cuando tuve dos años, todos mis recuerdos poseían palabras y todas mis palabras tenían significado.
Pero dentro de mi cabeza.
Tengo casi once años y nunca pronuncié una sola palabra.

Palabras.
Estoy rodeada de miles de palabras, millones.
Catedral. Mayonesa. Naranja.
Mississippi. Napolitano. Hipopótamo.
Las palabras siempre se arremolinaron a mi alrededor como copos de nieve. Frágiles y distintas, se derretían intactas entre mis manos.

Esta novela también está escrita para aquellos que miran para otro lado, que fingen no ver o que no saben qué decir cuando se encuentran con alguien que enfrenta la vida con diferencias evidentes. ¡Simplemente sonrían y digan hola!