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Penas por amor perdidas tiene una premisa simple y que promete tener enredos con tan sólo leer en qué consistirá: El rey y sus tres caballeros prometen no cortejar a ninguna mujer en tres años, pero todo se ve frustrado cuando una princesa llega acompañada de sus tres damas. Probablemente sea la menos ingeniosa de William Shakespeare, pero sí ha sido la que más me ha hecho reír. Desde un prinicipio ya me venía venir lo que leería, pero lo que más disfruté fue el desarrollo y los diálogos ideados por el dramaturgo. Por supuesto, tengo que comentar que mi personaje favorito fue el Rey Navarra, por cuestiones de etiqueta y moral, fue el que me pareció más gracioso en toda esta situación. También en la manera en que reaccionaba en todo el enredo ocasionado. Aunque he de señalar que Biron no se escapa por ser el más gracioso y, a mi parecer, el más honesto de todos. El drama lo leí en una sentada en una tarde porque es muy corto y la historia avanza muy rápido. Incluso me atrevería a sugerir que es una buena lectura para aquellos que quieran conocer a Shakespeare (si es que no quieren hacerlo a través de Romeo y Julieta). |
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