Quién no se ha topado en la vida con un caradura? Y es que en 1599 ya existían!! Y lo que han proliferado... El personaje que encontramos en esta obra, no encuentra mejor solución a su falta de liquidez que seducir a unas mujeres casadas y bien casadas. Ellas, amigas y con una maravillosa relación urden un plan, pero uno de los maridos celoso perdido, empieza a sospechar, indaga y el enredo es inminente Al principio me costó conectar con la obra por el lenguaje o quizá la traducción; la fui disfrutando después, una vez avanzada y ya finalizada, viéndola en perspectiva. Me ha encantado la complicidad entre esas dos mujeres y la seguridad con la que se enfrentan y planean su pequeña venganza, dando también una lección pícara de honestidad |