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Un libro divertido, corto, con rimas y que encima enseña valores. ¡Es perfecto! En casa siempre hemos sido muy de Navidad, vemos pelis del tema, adornamos un árbol gigante que lleva más tiempo en casa que mis propios hijos, siempre pusimos el belén (hasta que llegó el gato y me cansé de recoger figuritas) y sobre todo, comer y cenar con la familia. Sinceramente, los regalos están ahí, pero no es lo que más ilusión nos hace. de hecho, hasta el 6 de enero no se abren. Las de este año han sido un poco raritas, nuestras primeras uvas con un miembro familiar encerrado en una habitación, por videollamada, pero en unos años, seguro que las recordamos con cariño. Un libro que se lee en un suspiro y deja una sonrisa, muy recomendable. |
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