Dos formas de escribir una novela en Manhattan

Carmen nos presenta una comedia romántica con un humor ácido y una dosis de drama.😊

La ambientación es una "full immersion" en la vida cotidiana de Nueva York. Las descripciones llenan páginas, haciendo de la ciudad una protagonista más y llevándote a pensar que la historia de los protagonistas tal vez no sería posible de no ser porque están, precisamente, en Nueva York. En otro momento dado, el escenario se traslada a Nueva Orleans, y Carmen logra crear ese marcado contraste entre una ciudad y otra.

La trama está afincada sobre la tensa relación de los protagonistas y su evolución -lenta, pero segura, jajaja- hacia el verdadero amor. A pesar de su sencillez, está muy bien llevada, de tal manera que los personajes logran engancharte en su historia. Además, la autora ha incluido también una pequeña subtrama con el pasado de Marcel.

Los protagonistas son de esos que o los quieres o los odias. En mi caso, creo que he llegado a comprenderlos y a aceptarlos tal y como son. Marcel es un escritor de novela negra con bastante éxito, pero con pocas habilidades sociales. Es como un perro que no deja de ladrarle a todo el mundo, aunque en el fondo esté deseando que alguien le haga unas cuantas caricias.

Se nos presenta como un tipo irritante y borde, a la par que atractivo y seguro de sí mismo. Sin embargo, esa seguridad es tan solo la fachada tras la que esconde sus miedos. Por eso, cuando llega Shioban con pico y pala, dispuesta a derribar ese muro, las chispas saltan entre ellos, proporcionándonos esos diálogos jugosos, de humor ácido y, a veces, tal vez hirientes.

Shioban, por el contrario, es una chica como cualquier otra, crecida en una familia unida por el amor, de carácter espontáneo y natural. Desde que conoce a Marcel, siente curiosidad por él y, poco a poco, se va haciendo un hueco en su vida. Pero derribar las barreras de él significa exponerse a sí misma, lo que la lleva a enamorarse de ese hombre irritante e insoportable.

La relación pasa con lentitud del rechazo a la atracción, de la atracción al deseo y de este al amor. Entre medias, rifirrafes, malentendidos, cerrazón, momentos de tensión sexual y un "sí" final que parece que no acaba de llegar, pero que, cuando lo hace, Carmen lo ha plasmado de una manera preciosa, que me ha gustado mucho.

El estilo de Carmen es ameno, incluso cuando te proporciona cientos de datos sobre la historia, la cultura o la geografía de un lugar, y sabe cómo enganchar al lector. Aunque no he llegado a enamorarme de los protagonistas, la historia me ha gustado mucho, sobre todo por la evolución de Marcel. Además, tratando el tema de ser escritor y de la publicación de libros, es inevitable que una se identifique -aunque ya quisiera yo tener la suerte de Shioban, jajaja- y que aprendas mucho leyendo a Carmen. A quien, por cierto, voy a pedirle que escriba la historia de Jeremiah.😜