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"Fantasmas de verde jade" es una novela muy ligera y de tono muy juvenil, tanto por las actitudes de sus personajes, como por la narrativa empleada, como por la manera en que se enfocan las escenas más oscuras, con un filtro que diluye un poco dicha oscuridad. Es por ello por lo que me parece una lectura ideal para aquellos jóvenes que se están empezando a embarcar en los mundos literarios y que quieren algo un punto más complejo que las novelas infantiles. En esta mezcla de thriller y fantasía oscura, acompañaremos a Tom y pasaremos a formar parte de la Sociedad de Lundenwich. Y entre espíritus, fantasmas e invocaciones, ayudaremos a resolver un crimen mientras buscamos respuestas a las incógnitas del pasado de nuestro protagonista. Es una novela muy dinámica. No hay ningún capítulo en el que la trama no avance, favoreciendo así la focalización en la lectura de las inquietas mentes de los jóvenes. Un dinamismo que se ve promovido, no sólo por la velocidad de la trama, sino también por la narrativa empleada, con oraciones concisas y no muy complicadas que facilitan transmitir con claridad el mensaje deseado. En contraposición, debo reconocer que, para mi gusto, peca un pelín de demasiado introductoria. Es cierto que es una primera parte y que, en consecuencia, se nos tienen que presentar tanto el mundo como los personajes. Sin embargo, me hubiera gustado que se intercalara alguna escena más de investigación del caso que actúa como hilo conductor en este primer libro, cuya resolución se me ha antojado algo precipitada. Ahora que ya estamos ubicados y que se nos han planteado las grandes incógnitas que rodean a los personajes y a la Sociedad, todo apunta a que la segunda entrega será más intensa, dándonos algunas respuestas y cubriendo con ello las pequeñas lagunas que ha dejado "Fantasmas de verde jade". |
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